El viernes 3 de julio de 2015, cerró sus páginas la Librería TRES CULTURAS.

El viernes 3 de julio de 2015, cerró sus páginas la Librería TRES CULTURAS.

Con las palabras de Orlando Serrano Giraldo, uno de sus principales clientes, y de sus gestores, Luís Álvaro Mejía y Clarita Hernández, se abrió un momento en el que la memoria de los años místicos del libro se tomaron sus vidas, y las de muchos otros ciudadanos, bien locales, bien nacionales. Hijos de los amigos, que crecieron en el ambiente literario de la librería, acudieron como profesionales mayores, y juntos, recordaron mediante palabras, anécdotas y cartas, el significado de cerrar las páginas de la librería, un duro pero valedero significado: el libro.

El encuentro contó con el apoyo de los escritores Miguel Castillo, Jesús Antonio Álvarez Flórez, Fabián Mauricio Martínez González y Beatriz Vanegas Athías, quienes ofrecieron un segundo momento en el que, uno a uno, fue recordando el significado de la librería en sus vidas, prosiguiendo con la lectura de uno o varios de sus cuentos y poemas, para amenizar la noche literaria.

Una copa de vino y un ambiente de recuerdo, sirvieron también para anotar que la librería Tres Culturas dejó de ser una tienda de libros para convertirse, ahora más que nunca, en una librería: un muestrario de sueños de libertad.

Se cerró definitivamente la librería Tres Culturas y tumbaron el gigantesco caracolí que adornaba a Altos de Pan de Azúcar; dos hechos inconexos pero capaces de impactarnos por su enorme significado emocional. (…) De los dos habíamos disfrutado por lo menos durante 35 años, pues desde entonces admirábamos el hermoso árbol y en la otra adquirimos nuestros primeros libros. (…) Tumbar un árbol impone la obligación de sembrar no sé cuantos más; y la muerte de una librería, en este caso, es el preámbulo de la apertura de otra, que con el modelo de las grandes superficies copará el vacío de la oferta de libros que ha sido siempre tan reducido en esta región. De parte de quienes leemos, muchas gracias Luis Álvaro y Clarita: sembraron ustedes la semilla y llevaron con honor la tarea de generar posibilidades de mejoramiento; la historia dirá cómo y de qué manera cumplieron; solo que eso dudo mucho lo logren en vida y entonces el precio que se debe pagar es tan alto que no vale la pena.

Apartes de “El final de dos colosos”, nota de EDUARDO PILONIETA PINILLA para Vanguardia Liberal (26 de junio, 2015):

http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/eduardo-pilonieta-pinilla/316874-el-final-de-dos-colosos

Cuando anoche, después de que las voces y las luces se apagaron y se pasó el cerrojo al portón de nuestra entrañable Tienda de libros Tres Culturas, en el recinto donde antes habitaron los brujos, los catones, los alquimistas, los prosistas a secas, los poetas a ciegas, los aprendices a tientas, los contadores de cuentas, los soñadores de cuentos, los cuentos de sueños, las historias negras, las que tajan el alma, y las otras, las que convocan el júbilo y aturden la rabia y refutan la idea, las que fecundan herejías y paren ángeles libertarios, en ese recinto, sobre los cimientos de esa última casa donde habitó Tres Culturas, se hizo el silencio; y cuando el último de todos dio la espalda a la puerta y dio vuelta a la esquina, quedó radicada para siempre en nuestra nostalgia la historia de tres décadas y media del amor de Clarita y Luis Álvaro, por ellos mismos primero que todo (por sobre todo), y por su librería.

Aparte de: “Viva la librería”, nota de JAIRO MARTÍNEZ para Vanguardia Liberal (4 Julio, 2015):

http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/jairo-martinez/317909-viva-la-libreria

El esfuerzo está hecho; mucha semilla sembrada en “Tres Culturas” ya dio frutos en una inmensa minoría que seguirá leyendo en la “tablet” o experimentando el paso de las hojas y el olor a papel escrito; como sea, la necesidad de leer permanecerá porque no se han inventado fármacos que la trasmitan; desde siglos atrás, antes que el libro, fue la lectura un ejercicio peligroso, censurado y proscrito. Si los libros se van como ahora, con el cierre de otra librería, gracias porque muchos ya se quedaron para siempre entre nosotros.

Aparte de “Los libros que se van”, nota de LIBARDO LEÓN GUARÍN para Vanguardia Liberal (7 de julio, 2015):

http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/libardo-leon-guarin/318255-los-libros-que-se-van

Con algo de sorpresa, pero con mucho de pesar, mi muy estimada Clarita, en días pasados me enteré aquí en Bogotá del cierre de la Librería Tres Culturas (…) Queda reducida a pretérito una época cargada de amistad y de encuentros de buena onda y mejor energía, en la tienda de libros, con caras amigas, en ese trascurrir de tiempo con el grupo abigarrado de amantes de las letras, de las novedades de imprenta, de la buena parla sobre la cotidianidad y del buen café y del arte, muchas veces con trasfondo de un acorde auspicioso de un tiple evocador de nuestra nacionalidad, todo eso arropado con el ambiente grato de la amabilidad y hospitalidad que siempre supieron imprimirle a la tienda de libros tú y, también, desde luego, Luis Álvaro.